Los relojes de antaño en Santa María de las Hoyas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Campanita de la ermita

Cuando yo era niña y pasaba temporadas con mis tíos en Santa María, eran muy pocas las casas en las que había reloj... No hacían demasiada falta, pues la iglesia tenía... ¡no uno, sino tres...!

            El más antiguo funciona de maravilla desde que lo pusieron en 1736; hay que llegar al atrio para ver la hora... que marca sólo cuando hay sol...(está en una piedra un poco saliente, orientada al sur, en la pared en que está la entrada, a unos 5 metros desde el suelo).

            El segundo en altura, colocado en la torre, es un reloj mecánico, de engranajes y esfera redonda con números romanos, cuyas agujas, ya amanezca, se ponga el sol, o esté en el cenit, marcan siempre la misma hora... : la una y media.

            El tercer reloj de la iglesia....¿a que no sabéis cual es?

            ¡Son sus campanas, que nunca fallan! Se oye su tañido desde toda la tierra de labor, en algunas partes del pinar, en la “Muela del Castillo”, el “Pico Ardal”, y desde algunos otros lugares del terreno baldío.... Sin el toque de las campanas, no habría sido posible la vida cotidiana de la comunidad.

            Las campanas no sólo servían para llamar y que acudieran los fieles a los actos litúrgicos... Su importancia de ser, se manifestaba durante los distintos toques a lo largo del día, sin olvidar las ocasiones extraordinarias.

            Justo, que era el sacristán y el organista, a diario tocaba la campana, ... ¡él sí que tenía reloj en su casa... un reloj despertador!...  Con la llave de la iglesia en la mano, salía de su casa y sin subir a la torre de la iglesia, tirando de la cuerda que había para ello en la parte baja del campanario, despertaba a los vecinos... A mediodía, si él estaba en el campo, tocaba su esposa, Alejandra.

Los toques profanos diarios

 Son tres, con la misma cadencia (pausada) y mismo número de campanadas:

                           Toque del Ave María

                          Toque del Ángelus

                          Toque de Oración

            Aun cuando estos toques tienen nombres religiosos y a su sonido se solía rezar la oración conocida por “el Ángelus” y tres “avemarías”, el significado y sentido es el que manifestamos a continuación 

            Cuando estaba amaneciendo, sonaban las campanas... anunciaban a los vecinos el comienzo del día, de la jornada... del ineludible trabajo diario. Era el Toque del Ave María.

            A mediodía, ya fuera verano o invierno, siempre a la una de la tarde, tocaban anunciando a los hombres y mujeres que estaban en el campo, que era hora de volver a comer a casa, o si habían llevado la comida, (porque el lugar estuviese lejos), hora de tomarla y descansar un rato. Y a los que estaban en el pueblo, hora de sentarse a la mesa... Era el Toque del Ángelus.

            Después del Rosario, que en verano comenzaba al atardecer, y en invierno siendo ya de noche,  tocaban las campanas por última vez en el día... Era el Toque de Oración. Con este toque, al finalizar el Rosario, (al que acudían la mayoría de las mujeres, mozas, y niño ), sabían los que no habían ido, que pronto se presentarían en casa para la cena, y a los hombres que mientras sus mujeres habían ido al Rosario, ellos habían quedado en las tabernas, les servía de aviso para acudir a casa a cenar en familia...

Los toques litúgicos

           Para acudir a los actos litúrgicos, tocaban las campanas tres veces con un intervalo de unos quince minutos... Al primer toque había que ir acabando lo que se estaba haciendo... Al segundo toque, había que comenzar a arreglarse y salir de casa camino de la iglesia... Y dos o tres minutos después del tercer toque, comenzaba el acto litúrgico... Se tocaba la campana de igual modo que los toques profanos dichos, con la diferencia de que al terminar cada uno de ellos, se daba daba una o dos o tres campanadas separadas del toque continuado.

Toques de vísperas y festivos

            Los días de fiestas señaladas, eran los mozos quienes tocaban las campanas subiendo a la torre a voltearlas... igual que en el atardecer de las vísperas de dichos días, y mientras duraba la procesión, también volteaban las campanas; la cadencia del sonido era ligera..., alegre, festiva... y si se estaba cerca de la torre, el sonido era ensordecedor... Era el Repique de campanas

Toques de campana imprevisibles

       Cuando en el pueblo moría alguien, también se enteraban los vecinos por el toque de la campana... era un toque distinto, con una cadencia muy muy lenta... y al día siguiente, en el entierro, de igual modo... Era el Toque a muerto

        También tocaban con esta cadencia las campanas en la "Noche de Difuntos", y lo hacían los mozos.

        Si el que moría era un niño, en vez de la campana grande, tañía el campanil, con un sonido agudo... era el Toque de Gloria

      Así mismo, tocaban las campanas cuando se iniciaba un fuego, bien en el monte, bien en alguna casa para avisar a los vecinos y acudieran a apagarlo... o si alguna persona se había extraviado en el monte... Era el Toque a arrebato.

El tañido de la campanita de la ermita

Cuando en el campo estaban los cereales en ciernes y la vista de las nubes y el calor del día amenazaba tormenta de granizo, “pedrisco”, subían dos mujeres a tocar la campanita de la Ermita del Santo Cristo de Miranda hasta que pasaba el peligro... Pues era tradición y Fe de los vecinos que  el tañido de su campana obraba el milagro de ahuyentar de allí las tormentas de granizo... Tocaban a arrebato, todo lo rápido que entre ambas podían tirar de la cuerda...Era el Toque de detente nublo. Esta tarea de ir a la ermita era llevada a cabo cada día por dos casas, que por turno efectuaban si es que en el día que les tocaba había peligro de tormenta... (La señal para los demás vecinos, de que ese día tal o cual casa tenían encomendada la tarea de “santeras” y subir a la ermita, era una cruz de madera que en las dos casas colocaban en la puerta, y que junto con la llave de la ermita, iban pasando cada día al vecino próximo...

            En verdad que la vida del pueblo no hubiera sido la misma sin el tañir de campanas... Servían de reloj para todos, y de tam-tam si eran noticias lo que había que comunicar...

            Luego, cuando hicieron el nuevo ayuntamiento, también pusieron un reloj en la parte más alta del cuerpo central, con una bombilla en el interior, para ver la hora en la oscuridad...   





 

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