SANTO DOMINGO DE SILOS
Clic Web del MONASTERIO DE SILOS
Desde Santa María, hay que ir a San Leonardo, dirección Burgos hasta Hacinas, donde a la izquierda, sale la carretera que nos llevará a Silos. (También puede irse por Huerta de Rey) Pasado Carazo, la carretera bordea el cauce del río Mataviejas... que durante millones de años ha horadado el macizo calizo que atraviesa...(es el mismo macizo del río Lobos). Cuando acaban las curvas, aparece Silos... abriéndose el horizonte hacia el oeste... Tras recorrer el interesante núcleo urbano, con restos de la muralla s. XII, debemos dirigirnos al Monasterio de Santo Domingo. Precioso el claustro románico y en el centro, el Ciprés al que Gerardo Diego dedicó su famoso soneto, cuando en el año 1924, visitó Silos, siendo profesor del Instituto de 2ª Enseñanza de Soria.
CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy vuelvo a ti, riberas del Arlanza
peregrina al azar, mi alma sin dueño
Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales
mudo ciprés, en el fervor de Silos.
Autor: Gerardo Diego Verano del año 1.924 en Silos
La abadía que es de origen visigodo, encierra una de las joyas señeras del románico mundial: el claustro monacal. El piso bajo, el más importante, es de fines del s. XI y principios del XII. Posee capiteles de temas orientales y califales españoles de gran belleza y perfección artística sobre dobles columnas. En los ángulos, ocho magníficos relieves desarrollan escenas de la vida de Jesús y de la vida medieval.
La primitiva iglesia románica de la que se conserva el tramo sur del crucero, fue demolida en el s. XVIII para construir la actual, obra de Ventura Rodríguez. Debe visitarse el museo que además de manuscritos del antiguo escriptorio del monasterio, presenta un cáliz del s. XII-XIII, con camafeos romanos, una cabeza femenina romana y una paloma eucarística de los siglos XII-XIII. La antigua botica, reúne una buena colección de tarros de Talavera y un laboratorio con viejo instrumental.
HORARIO DE VISITAS: Laborables de 10 a 13 y 16,30 a 18
Domingos, lunes y festivos de 16,30 a 18
OFICIOS RELIGIOSOS CANTADOS: Misa laborables: a las 9 horas
Misa festivos: a las 12 horas
Vísperas a las 19 horas, (los jueves en verano, a las 20 horas)
Completas a las 21,40 horas
Origen del nombre de la Abadía: (Como la Abadía tiene desde el año 97 su propia página web del Monasterio de Santo Domingo de Silos que es de lujo y algo fuera de lo común; nos vamos a dedicar a explicar el porqué se llama "Abadía de Santo Domingo de Silos" ).
El monasterio de Silos, bajo la advocación de San Sebastián, era uno de los más antiguos de lo que hoy es la provincia de Burgos. La tradición hace remontar su origen a los tiempos de Recaredo. Lo que sí resulta indudable es que, antes de la dominación agarena, había en dicho lugar un edificio religioso, servido por clérigos o monjes. Cuando los musulmanes invadieron la península Ibérica, corrió la dura suerte de muchas iglesias y monasterios, pero logró sobreponerse trabajosamente a la catástrofe. Por eso, cuando Fernán-González reconquistó, en el primer tercio del sigloX, el castillo de Carazo y la cuenca del río Arlanza, el victorioso conde encontró el Monasterio en pie, con una comunidad benedictina organizada. Fernán-González, en un famoso privilegio que aún subsiste, exime a dicho monasterio de la jurisdicción condal y le concede ricas y extensas posesiones. De esta donación arranca la historia auténtica de la abadía de Silos. Sus abades alcanzan la categoría de dignatarios eclesiásticos y la Casa llega a un florecimiento muy grande.
Pero a fines del siglo X esa prosperidad se menoscaba, las tropas de Almanzor asolan sus posesiones y al desastre económico sigue la disminución de la observancia regular. Los monjes viven en continuo sobresalto y más de una vez, tienen que buscar refugio en la vecina fortaleza de Carazo.
A principios del año 1.041, el monasterio de San Sebastián estaba casi abandonado. Perdido su antiguo prestigio y gran parte del patrimonio, todo anunciaba un fin poco glorioso, pues el puñado de monjes que lo habitaba, vegetaba y languidecía tristemente.
Entre ellos había un religioso anciano, piadoso y bueno, llamado Liciniano, que día y noche pedía al Señor y a San Sebastián que mirasen por su casa y no la dejasen perecer. La oración que en sus labios pone el biógrafo de Santo Domingo, (el monje Grimaldo), no puede ser más conmovedora. Al fin el Señor escuchó su plegaria enviando el reparador tan deseado.
Muy poco tiempo llevaba el monje Domingo en su retiro de la ermita, a las afueras de la ciudad de Burgos, cuando el buen rey don Fernando, movido tal vez por los ruegos del padre del Cid Campeador, que tenía sus posesiones colindantes con las de Silos, determinó aprovechar las dotes extraordinarias de Domingo, en la restauración del monasterio de San Sebastián de Silos. Con este fin, reunió a los magnates de su corte y les propuso la idea. Grimaldo nos ha conservado el discurso del monarca, donde se hace memoria de la antigua grandeza y explendor del cenobio.Y para volverle a su prístino estado, propone como prelado a Domingo: espiritual, prudente, industrioso, que con la ayuda del rey y de los grandes, podría llevar a cabo tan hermosa obra. Acogen todos con entusiasmo la idea, y poco después la noticia llegaba a oídos del Santo, llevada por las voces jubilosas del pueblo, que aplaudió con frenéticas aclamaciones la resolución del monarca. Semejante elección, tan clamorosa y unánime, venía a ser como una protesta y reparación de la injusticia cometida con Domingo por el rey de Navarra.
Mucho debió costar al siervo de Dios abandonar su retiro, pero la voluntad de lo Alto se manifestaba de una manera tan palmaria, que habría sido temerario el rehusar. No sabemos si por entonces vacaba la dignidad abacial, o si renunció a ella el interesado; lo cierto es que dicho nombramiento a favor de Domingo halló grata aceptación en San Sebastián de Silos.
En una mañana de invierno de 1.041, después de pasar al pie del famoso Castillo de Carazo, testigo de tantos días azarosos para los cristianos y los monjes del contorno, descendía de la sierra al valle del río Tabladillo el vistoso tropel de caballeros que el rey don Fernando mandó acompañar al obispo y al nuevo abad de Silos para darle posesión del monasterio. Cuando la comitiva llegó a las puertas de la abadía, los monjes se hallaban cantando la Misa que celebraba el piadoso Liciniano. Terminado el evangelio, el sacerdote se volvió a los fieles, y movido de cierta inspiración celestial, en vez de saludarlos con la fórmula acostumbrada, exclamó lleno de gozo: Ecce reparator venit. (Aquí llega el restaurador). Los monjes, sin darse cuenta, llevados del mismo espíritu, contestaron: Et Dominus missit eum. (Y el Señor nos le ha enviado). Y, efectivamente, en aquel momento Santo Domingo penetraba en la iglesia con todo su acompañamiento.
Terminada la Misa, la pequeña comunidad se agrupó gozosa en torno de Domingo, del obispo y de los nobles. El prelado, después de presentarles al nuevo abad, les habló del interés que el rey tenía por la restauración del monasterio y del amor que les mostraba enviándoles un varón tan esclarecido. Los monjes agradecieron con lágrimas la merced que el cielo, por medio del monarca, les hacía:
¡Bendito sea el rey que faz tales bondades!
Después tuvo lugar la bendición abacial, en cuya ceremonia el obispo entregaba al nuevo electo, con toda solemnidad, el báculo pastoral y la regla benedictina, implorando sobre él las bendiciones del cielo.
Con tan felices augurios y tan bellas esperanzas inauguraba Domingo la nueva y más fecunda etapa de su vida. Tan cumplidamente iba a responder a la confianza y anhelos que todos habían puesto en él; tan de lleno se iba a entregar a la restauración de su monasterio, que la posteridad, agradecida, a los pocos años de su muerte, uniría para siempre su nombre glorioso al de Silos, y la que fue hasta entonces la abadía de San Sebastián, se llamará en adelante SANTO DOMINGO DE SILOS. (Copiado del libro "Vida y Milagros de Sto. Domingo de Silos" Pablo C. Gutiérrez. Benedictino. Abadía de Silos 1.973)
Es la entrada a la abadía de Santo Domingo de Silos,.no la entrada al museo, con la secuoya más que centenaria...
DESFILADERO DE LA YECLA
A 2 kms. y medio de Santo Domingo de Silos, en dirección a Caleruega, se encuentran dos túneles que perforan el macizo de la Yecla. Paralelo a ellos, existe una garganta o estrecho cañón de impresionante belleza, horadado por el agua que buscando salida, ha desgastado la dura roca durante millones de años...se aprecian de trecho en trecho las marmitas en toda la longitud y altura. Puede ser recorrido en sus 300 metros a través de una estrecha plataforma con baranda, pegada a la roca, bajo la que discurre el arroyo. Hay buen aparcamiento al pasar el segundo túnel.
Para ver fotos de "La Yecla" y más información, haz clic en
Espacio Natural del Desfiladero de la Yecla
MONASTERIO DE DOMINICAS DE CALERUEGA
Regresamos de nuevo hacia Silos, para coger la carretera que nos llevará a :
COVARRUBIAS
Yendo desde Silos atravesaremos por el sabinar más extenso de Europa... Covarrubias goza de un clima único: está protegida de todos los vientos por unos montes que rodean la villa por completo; los que la resguardan del cierzo llegan hasta las primeras casas. Una prueba de su microclima es el cultivo de cerezos y otros delicados árboles frutales, ya que las ocasionales heladas tardías de la Meseta Castellana, no afectan a sus flores y tempranos frutos. El recinto urbano, con restos de las viejas murallas, tiene singular interés y es uno de los mejores exponentes de la arquitectura popular castellana, debiendo ser recorrido con detalle. El origen del actual núcleo arranca de la repoblación efectuada por Alfonso III el Magno. El Conde García Fernández, hijo de Fernán González, crea en el 978 el Infantado de Covarrubias integrado por numerosos lugares, como patrimonio de su hija Urraca.
VER: Colegiata de San Cosme y San Damián.
Iglesia de Santo Tomás
Torreón de Fernán González
Arco del Archivo del Adelantamiento de Castilla
Crucero
Rollo jurisdiccional
Plaza de Doña Urraca
Plaza de Doña Sancha
Aquí abajo la Plaza de Doña Sancha, arquitectura tradicional castellana: soportales, con columnas de piedra o postes de madera, entramado de madera con relleno de adobe, (barro con paja secado al sol); grandes aleros y en el último piso "la solana". El suelo de Covarrubias está empedrado con cantos de río...
Clic para ver la interesante Web oficial de : Covarrubias
por la carretera que desde Covarrubias va a las ruinas de:
SAN PEDRO DE ARLANZA
En un bello paraje junto al evocador río, y la sierra de "Las Mamblas", se asientan las ruinas de lo que fue uno de los monasterios benedictinos más importantes de Castilla. San Pedro de Arlanza fue erigido por Gonzalo Fernández, padre de Fernán González el año 912. Aún podemos apreciar los restos de la iglesia comenzada en 1.080, así como los de la torre del s. XII, claustro y demás dependencias monacales, tras el abandono sufrido como consecuencia de la desamortización. Aquí estuvieron enterrados el Conde Fernán González, (1er. Conde Independiente de Castilla), y su esposa Sancha, hasta su traslado a la Colegiata de Covarrubias en 1841. Desde esas fechas, el conjunto ha sufrido un continuo expolio que le ha privado de sus mejores elementos. Ejemplo fue el traslado de sus piedras sillares para encauzar en Burgos el río Arlanzón... En el Museo Arqueológico de Madrid, hay una preciosa portada y una maqueta del Monasterio de San Pedro de Arlanza... Actualmente están en obras de restauración parte de sus elementos. El proyecto en la 2ª República de lo que iba a ser el Pantano de Retuerta, no se llevó a efecto porque con su ejecución quedarían sumergidas para siempre bajo sus aguas, las ruinas del Monasterio... Ahora hay en proyecto la construcción de otro pantano, aguas arriba del mismo... Pero los vecinos y corporaciones de los pueblos afectados, están en contra por las razones que expresan ante los organismos competentes.
Web de la Asociacion para la defensa del entorno sin Pantano en Castrovido
Ruinas de San Pedro de Arlanza
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